Distracciones - Libre

Casi todas las mañanas de Scott empezaban de la misma manera, saliendo a buscar empleo a alguna parte de la ciudad. En tal ocasión las cosas cambiaban. No podía estarse estresando todos los días, además que tenía algo de dinero conseguido en un trabajo de construcción que hizo la tarde anterior. Ese día lo dedicaría al ocio, algo que necesitaba para no volverse loco y darse tiempo a conocer la ciudad. Lo que tenía para ofrecerle no era solo sitios para trabajar, siendo precisamente eso lo que quería descubrir. Durante la mañana se dedicó a ayudar en el refugio. Lo hacía tanto como agradecimiento y a la vez como una forma de "pagar" su propia estadía, ni hablar de lo mucho que le gratificaba ser de ayuda a otras personas que padecieran la falta de un hogar.

Terminó y se alistó para salir. El clima estaba bueno y parecía que se quedaría así por bastante tiempo. Empacó una botella de agua y una hogaza de tamaño mediano de pan de zanahoria. Él mismo lo había preparado, siendo receta de su madre. Todo se acomodó en un pequeño morral de tela que había traído de casa. Fue un regalo de cumpleaños por parte de su fenecida abuela, ya hacía muchos años atrás. Todavía lo conservaba, pero no era hasta ese momento que empezaba a darle uso, como una manera de recordarla con cariño. Salió del refugio, con el sol dándole en el rostro de lleno. Fue aclimatándose a aquello mientras se adentraba en la ciudad. Le gustaba caminar de salida, de paso que se ahorraba en el transporte, gastando solo para el regreso, cuando era más tarde. Cada cierto tiempo metía la mano a su morral para romper un pedazo de pan y llevárselo a la boca. No era hasta ese momento en que se daba cuenta todo lo que la ciudad tenía. Le parecía increíble que los edificios se alzaran casi tanto que se perdieran entre las nubes, aunque al mismo tiempo sentía que no había suficiente espacio para todo. Estaba muy acostumbrado a las extensas pasturas de su natal Texas.

Los espacios verdes quedaban reducidos a diferentes parques, aunque le gustaba notar que las personas apreciaban la presencia de vegetación en medio de tanto concreto. Podía ver a familias, parejas y demás disfrutar del parque al que llegaba en ese momento. Anhelaba tener pronto la tranquilidad necesaria para poder distraerse de ese modo cuando fuera necesario. Era un lujo que no tenía por esos días, pero por lo menos trataría de sacarle el jugo al presente. No hacía falta que hiciera demasiado, pues a veces un descanso era lo único que requería para que su mente se librara de cualquier preocupación. Buscó sentarse en la grama y estiró un poco el cuerpo. Respiró hondo, sintiendo la diferencia de aire en esa zona, mucho más fresco que en el resto de la ciudad y esbozó una sonrisa amplia. Terminó recostándose, colocando sus brazos tras su cabeza y apreciando el cielo, acompañado del sonido vívido de las demás personas.